jueves, 21 de mayo de 2015
Historias de la Medicina: La corbeta María Pita, los 22 huérfanos coruñeses y la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna
Esta historia tiene todos los ingredientes para una superproducción, 22 niños coruñeses desaparecidos, una corbeta con el nombre de nuestra heroína local, la vuelta al mundo, el origen etimológico de la palabra vacuna y una de las gestas médicas más importantes de la historia de la medicina española y mundial, todo ello en el contexto tremendamente revolucionario del inicio del siglo XVIII, que precedió a nuestra guerra de independencia (queríamos independizarnos de los franceses napoleónicos que extendían la ilustración por Europa) y nuestra otra guerra de independencia (la de los criollos de los territorios coloniales que querían independizarse de España y extender otra ilustración por el Nuevo Mundo). Tensiones políticas, conflictos de intereses, y en el medio unos cuantos profesionales de la salud, cargados de buenas intenciones y movidos por un empeño idealista del que los poderes fácticos pretenden aprovecharse en su beneficio.
"-¡Como cambiou o conto! ¿Ou non?"
En estos días vivimos el convoy de la vacuna en la AP9, cientos de padres preocupados por la salud de sus hijos andan haciendo ruta a las farmacias portuguesas, para comprar una vacuna que en España las farmacias no pueden vender; dada la situación, nuestro amigo fulanito, que va a ir a por las de sus hijos, ha organizado una pequeña expedición con una nevera portátil, y está dispuesto a traer más para sus amigos (siempre y cuando se la paguen por adelantado, con un pequeño margen para pagar los gastos del peaje, la gasolina, etc.)
Lo que muchos no saben es que desde Galicia, y concretamente desde A Coruña, zarpó hace más de 200 años un buque con el loable objetivo de erradicar la viruela en el mundo.
La palabra vacuna, etimológicamente, viene de la vaca, porque la vacuna de la viruela, descubierta en 1796 por Edward Jenner, consistía en infectar a las personas con el pus de viruela de las vacas; el paciente desarrollaba una variedad más leve de la enfermedad (la vacuna) y quedaba inmunizado para la humana (mucho más letal).
La viruela era una plaga brutal que había llegado al nuevo mundo con los colonizadores y había diezmado las poblaciones indígenas, con una inmunidad menos adaptada al contacto con este virus; el ejemplo clásico son las poblaciones autóctonas del Caribe, que se extinguieron a causa de la viruela en pocos años tras el desembarco de Colón, por lo que esas poblaciones fueron sustituidas por esclavos negros africanos, de ahí las particularidades étnicas actuales caribeñas. En todo el mundo había periódicamente brotes de viruela que dejaban gran cantidad de víctimas.
Por este motivo en 1802 la Corona Española, personificada en Carlos IV, que ya debía estar viendo que su popularidad estaba en franca decadencia tanto en los territorios de ultramar como en la península, pergeñó la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la primera campaña global para la erradicación de una enfermedad. En 1977, tras un programa de vacunación mundial promovido por la Unión Soviética, se registró el último caso de viruela, por lo que la vacunación de esta enfermedad que durante miles de años mató a millones de personas ya no es necesaria.
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna fue idea del Dr. Francisco Javier Balmis, por ello es también conocida como la Expedición Balmis. A este señor, médico militar de profesión, se le ocurrió una manera de propagar y difundir la vacuna por los territorios de ultramar que hoy sería bastante cuestionable, al menos éticamente.
El problema que tenía que enfrentar era que llevar vacas e ir infectándolas sucesivamente con el virus no era un método viable para un viaje por mar de estas características, pero sustituyendo a las vacas por niños la ecuación resultaba asombrosamente factible. De manera que el Dr. Balmis consiguió la financiación real, la asignación para la misión de la corbeta María Pita y en noviembre de 1803 zarpó de nuestro puerto coruñés con un equipo compuesto por dos médicos asistentes, dos practicantes, tres enfermeros y la rectora del orfanato Casa de Expósitos de La Coruña, llevaban también a bordo a 22 niños huérfanos del orfanato coruñés, con edades comprendidas entre los 8 y los 10 años, a los que, por parejas, irían inoculando la vacuna sucesivamente.
Tras propagar la vacuna en Canarias pusieron rumbo al oeste, tocando tierra americana en Caracas, donde la expedición se dividió en dos, por un lado el grupo de Balmis, a bordo de la María Pita, con un ayudante, un practicante, dos enfermeros, la rectora y los niños coruñeses se dirigió al Caribe, mientras el otro grupo comandado por el Dr. Salvany se dirigía hacia el sur por el interior del continente.
Las cosas no estuvieron fáciles por el Caribe, se ve que había quienes no tenían ya tanto interés en obedecer la órdenes del rey. Balmis necesitaba niños nuevos pues los que había llevado desde A Coruña ya estaban inmunizados y no le servían, y viendo que el Capitán General de La Habana no le hacía mucho caso convenció a un "tamborcito" del regimiento de Cuba y compró tres esclavas negras en el mercado local para conservar la vacuna hasta llegar al continente. Allí el Virrey de la Nueva España (México) tampoco estaba muy por la labor de colaborar con Balmis, vaya usted a saber si era ya amigo de Bolivarianos, Zapatistas, o Sanmartinistas, o si simplemente le caía mal el buen doctor con sus aires de científico metropolitano. En Ciudad de Mexico consiguió "entregar los 22 niños que había sacado de La Coruña, quedando así desembarazado para acudir a donde se tuviere por conveniente", o lo que es lo mismo:
- ¡Ahí os quedáis chavales!
Balmis comienza a preparar el salto al Pacífico y a principios de 1805 parte a bordo del navío Magallanes, rumbo a Filipinas con 26 niños reclutados en secreto y de espaldas al Virrey de Nueva España, al que ya unía una muy sincera enemistad. Tras dos meses de dura singladura, en la que los niños viajaban hacinados en una bodega "llena de inmundicias y de grandes ratas que los atemorizaban, tirados en el suelo rodando y golpeándose unos a otros con los vaivenes", Balmis desembarca en Manila, desde allí pone en marcha el programa de vacunación por el archipiélago filipino, y como debía estar ya cansado de tanto viaje y con las tripas un tanto revueltas decide regresar él sólo a España, no sin antes hacer una ultima pausa en la colonia portuguesa de Macao, desde donde la vacuna se introdujo en el pequeño territorio chino. En Macao consiguió pasaje en un navío portugués y embarcó rumbo Lisboa con escala en la isla británica de Santa Elena, donde menos de diez años más tarde recalaría hasta su muerte el ilustre Napoleón Bonaparte, que estaba en aquel mismo momento dándole la vuelta a media Europa.
Balmis fue el único expedicionario que regresó a casa, en apenas cinco años el mundo había cambiado radicalmente, Salvany murió en Cochabamba en 1810, tras recorrer durante siete años gran parte de América del Sur propagando la vacuna.
En 1807 Napoleón invade España, dando comienzo a la guerra de la Independecia.
En 1810 Comienza la guerra de Independencia en América, que culminó con la independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile...
En cuanto a los niños del orfanato coruñés, me gustaría creer que fueron unos de esos primeros "gallegos" que hicieron su carrera en América.
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